16/6/08

Restaurant Peyo



Este dato si que es bueno.
El otro día mi papá vino a Santiago porque tenía que comprar repuestos para su moto por allá por 10 de Julio, entonces se juntó con mi tío Pato. El tío Pato es un gallo que se sabe todas las picás de Santiago, en todas las comunas, a todos los precios... y eso que no es taxista. Raya la papa con el Guatón de Bustamante, los As de Grecia, las criadillas del Rhenania... en el fondo si quieres comer alguna hueá rara, le preguntas al tío Pato y te dice dónde comerla, a que precio y como llegar.
Bueno, la cosa es que el tío Pato llevó a almorzar a mi papá ese día al Restaurant de Peyo (Lo Encalada 465 Ñuñoa) y mi viejo quedó todo lo que es loco. Tanto hinchó con su famoso Peyo que al final fuimos un grupo grande a comer ahí a la semana siguiente.
Y tenía razón en quedar loco el viejo. Por fuera el lugar es bien penquita. La entrada está media tapada por unos cholguanes pintados blancos y no tiene muchos indicios de que vas llegando a un restaurant, pero una vez adentro la cosa va cambiando.
Una decoración sencilla, como de cocina de campo, manteles de tela, limpios (La Quelita hasta ahora está feliz en su tumba), baños IM-PE-CABLES, calefacción rica.
Ahora, al grano: ¿qué comimos? Partiendo por el aperitivo, gentileza de la casa las sopaipillas con pebre (yeyyyy!!!!!! Hace tiempo que no me daban eso en un restaurant), pedimos además una especie de tabla con longaniza y arrollado huaso. Ahí no mas, pero en ningun caso mala. Las sopaipillas estaban frías, pero cuando se acabó el primer canasto trajeron altiro uno con sopaipillas recien saliditas de la freidora... RICO. Obvio que todos tomamos pisco sour.
Platos de fondo:
  • Endora: Chupe de Mariscos, un poco demasiado caliente, pero sabroso. Bien variado, con ostiones, calamares, y otros frutos marinos. Todo acompañado de una cerveza Kunstmann Torobayo (punto extra por la variedad de cerveza)
  • Hermano de Endora: Plateada a lo Pobre. Es medio cerdo mi hermanito. La plateada se cortaba con tenedor, las papas fritas eran de verdad. El huevo estaba medio crudo, pero rico igual para remojar las papas.
  • Tío Pato: Asado de Tira con Papas cocidas. Bien cocido, respetando el punto pedido.
  • Papá de Endora: Tan discreto el como siempre, se comió un lomo vetado a lo pobre. Quedó feliz el viejo.
  • Meme, ahijado del papá de Endora: Plateada a la pimienta con puré picante. Igual que la plateada de mi hermano, exquisita. Y el puré picante, picante, como corresponde.
  • Nina, compañera de departamento de Endora y su hermano, además de hermana putativa: Filete a lo Pobre. También respetando el punto pedido, con la misma calidad de la plateada a lo pobre.
Después el cerdo de mi hermano se pidió unos panqueques celestinos, que estaban harto buenos. Tomamos bajativo y café.

En cuanto a precios, barata la cosa. Los platos cuestan entre 2.500 y 4.000 pesos, sin incluir agregado, pero hay que destacar que hay muy pocos platos que valgan más de 3.500 pesos.

Conclusión, buen dato, barato, simpático y agradable. Quiero puro volver, falta que alguien me apañe no más.
Pros: Comida buena, bonita y barata, ambiente agradable, pisco sour bien hechito. La presentación de los platos y el restaurant en general es como bien casera, onda plato de greda. Los osorninos me entenderán si digo que es onda el Ocarlis
Contras: Fachada. Además la atención, si bien fue rápida y eficiente, a veces guateaba un poco. Aunque puede ser que nos haya tocado un mesero que andaba atravezado ese día, y todos tenemos derecho a andar atravezados de vez en cuando.

OJO: La foto no corresponde al plato real del restaurant.

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