23/10/08

Palacio Danubio Azul.... shiaaaaa


Ayer en la noche me sacaron a pasear y me llevaron al Palacio Danubio Azul, en El Golf. Me habían contado que el Danubio Azul era super elegante, que lo habian diseñado arquitectos chinos con cosas chinas traidas de China, que se llamaba Danubio Azul porque originalmente era un restaurant de Comida Austriaca... en fin, la cosa es que todo el mundo hablaba del Danubio Azul.. perdón, PALACIO Danubio Azul, así que las expectativas eran altas... y se cumplieron, al menos en parte.
Voy al grano porque ando apurada:
Primero, no tiene area de fumadores.... Lo siento, llamenme pasada de moda, todo lo que quieran, pero ese temita New Age de la salud me tiene enferma. Troto, como sano, soy una buena persona... MEREZCO un lugar donde fumarme un cigarro. Entiendo que a la gente que no fuma le molesta, pero si estamos entre adultos, somos 4 personas y los cuatro somos fumadores, creo que tenemos el derecho de elegir. Por otro lado tambien los restaurantes tienen ese derecho y se respeta, pero por muy rica que sea la comida, ahora que se que el Danubio no tiene area de fumadores, probablemente no voy a volver.
Aperitivos: Pisco Sour, Cerveza, Mango Sour... la típica carta de aperitivos. Los tragos en general cabezones y hoy ando con acidez, asi que ahi no mas. Empanaditas de camarones (siempre me olvido como se llaman), Arrollados primavera, que alla se llaman Spring Rolls porque cuando hablas en inglés las cosas con mas ricas y de mejor calidad parece, cosa que es mentira, porque en realidad eran demasiado "elegantes" para mi gusto (código para "chicos")... prefiero los arrollados guatones del Telechino. El acierto de la noche, Ajies rellenos, apanados en tempura. Güeno con G.
Platos de fondo: En general los platos que se veian más ricos eran los mas caros, aunque todo estaba rico. Punto a favor por la carta con fotos incluidas y el hecho de que las fotos concordaban con la realidad del plato. Yo comi Calamares Sui Chi (o algo asi) que, para mi gusto, como plato en general estaba demasiado pasado en cocción. Mi hermano comió Cerdo Sui Chi, porque es copión, le gustó bastante. Mi tía Alice comió Pato Piña, que estaba bastante bueno, el Meme comió PAto a la Naranja y el Feli comió Chapsui de Filete. Todo rico.
Ojo con el tema de los arroces. Yo habia escuchado que el arroz Chaufan del Danubio era "a todo ritmo".... las pelotas. Igual que cualquier arroz de cualquier restaurant chino. También ojo con el formato del restaurant. Yo al menos estoy acostumbrada a compartir mi comida china. Acá te traen la comida en platos individuales (restaurant capitalista que fomenta el individualismo).
Postres... uff... los muy desgraciados te traen una bandeja con tortas, cheesecakes, etc, para que te tientes. Comimos Cheescake de Chocolate y Panqueques Celestinos con helado.
En resumen: Bueno, pero tampoco para volverse loco. Bonito y caro.

4/10/08

Tony Roma's: comida gringa, atención a la chilena


Fui con el archivo adjunto de shopping al Parque Arauco el otro día y decidimos comer en el Tony Roma's del Boulevard.
El restaurant, simple, sin mucho adorno al estilo Friday's o Ruby Tuesday's (¿Qué onda los gringos y la manía de ponerle nombre de días de la semana a los restaurantes?). Televisores encendidos con partido de fútbol.
Nos invitaron a una mesa en el sector de no fumadores y en poco rato trajeron la carta. Bastante abundante, obviamente la especialidad son las carnes al estilo gringo y los platos a base de pollo. Para empezar pedimos cerveza, que llegaron a los pocos minutos.
En cuanto a los pedidos, archivo adjunto se pidió unas pastas con salsa Alfredo al limón y yo me pedí un sandwich de pollo con queso y anillos de cebolla apanados. Los dos platos muy ricos, contundentes, bien gringo style.
Terminamos nuestra comida y, tal como me enseñó mi mamá, a la que le enseñó su mamá, a la que a su vez le enseñó mi bisabuela Quelita, pusimos nuestros cubiertos en posición vertical en señal de que estábamos listos y nos quedamos mirando fijamente al grupo de garzones que estaban sentados en la barra con cara de circunstancia, incluyendo el garzón que nos había atendido originalmente. Pasaron al rededor de 20 minutos dentro de los cuales, señas incluidas, fuimos ignorados. Cuando finalmente un garzón atinó a acercarse a la mesa, le pedimos la cuenta, la que se demoró al rededor de 10 minutos más en llegar.
"Propina Sugerida", salía escrito con lápiz pasta al final de la cuenta. Si bien estábamos tentados a no dejar nada por la pésima atención, de todas maneras ibamos a aceptarla. Llegó el garzón y jamás nos preguntó si aceptabamos o no la propina, se llevó la cuenta y 10 minutos después llegó con el vuelto, habiendo descontando obviamente la propina.
No se trata de ser cagado, pero por un tema de educación se debería preguntar si se acepta o no la propina (cosa que se hace en los restaurantes decentes). A mi modo de ver, es una forma más de perpetuar la mala atención en los restaurantes, ya que al sugerir y "llevarse" el minimo de 10% evitan propinas más grandes, que de uno u otro modo correlacionaría con una mejor atención. ¿Para qué atender mejor si nos podemos ir a la segura con el 10%?
En resumen: comida buena, pero cara. Si la atención fuera buena, se justificaría, pero no lo es, asi que mejor vayan al Friday's

23/8/08

Los Cuates... no vuelvo nicagando


Mi amiga la Chica viene de vez en cuando a Santiago y somos bien fomes, porque la mayoria de las veces nos quedamos en la casa viendo peliculas, tomando vino y pelando. Esa onda. La cosa es que la Chica llegó este viernes con la idea de hacer algo distinto. Partimos al Barandiaran, pero como dia viernes, estaba lleno y no teniamos reservas. Empezamos a turistear y llegamos a "Los Cuates", que, obviamente, es un restaurant de comida mexicana (spoiler).
Bueno, entramos y lo bueno es que tenia área de fumadores y habia mesa, pero en cuanto entramos el desastre empezó.

Primero: Los mariachis.
Está bien, de vez en cuando es rico que hayan mariachis, cantantes de vals peruano o huasos cantando en un restaurant, pero cuando los tienes al lado tuyo toda la noche, es desagradable. IMPOSIBLE conversar, desubicados... La señora mariachi usaba una peluca que parecía pelo de Barbie y en algun momento de la noche pensé en agarrarla del moño y salir arrancando con los tarros. ASÍ DE INSOPORTABLE. El señor mariachi, absolutamente olvidable. Cero control del acordeon, desafinaba y casi me hizo sangrar un timpano.

Segundo: La atención.
Llegamos, nos trajeron las cartas y nos atendió un mexicano de verdad. Igual bien. Pudo haber sido un actor hambriento que no encontró otra pega que hacer de mexicano en un restaurant ahora que lo pienso, pero bueno, es un restaurant mexicano, así que le daba como un ambiente especial a la cosa. Hasta ahi todo bien. Nos entregó las cartas y nos vino a tomar el pedido a los 5 minutos mas o menos... sigue todo bien. Luego llegó una niña chilena a preguntarnos si queriamos pedir algo y le dijimos que si, nos tomó el pedido y llegó el mexicano. Se ponen a discutir porque el estaba atendiendo la mesa. Despues de un intercambio de palabras bastante pasivo agresivo el mexicano nos vuelve a tomar el pedido: tortillas con queso y chorizo, dos tequila frambuesa, una porción de guacamole grande.
A la media hora llegó el tequila, que a pesar de la espera estaba harto bien. Las tortillas por el otro lado se demoraron como 45 minutos. 4 tortillas todas rascas, del porte de un plato chico de pan, con un plato redondo chico como de postre con queso derretido y chorizo. Y del guacamole, no se supo nada. Para que no se enfrien las tortillas, nos pusimos a comer altiro, y a los 20 minutos aparecio la mesera. Le volvimos a pedir el guacamole, que llego cuando ya nos habiamos terminado las tortillas. En todo caso pedimos la porción grande y era con suerte del porte de un envase de yogurt.

Y por mientras los mariachis dele que dele chillando al lado de nosotros.
Al final pedimos la cuenta (11.400 pesos) y nos volvimos a la casa, con la sensación de haber pedido el tiempo y la plata.

Moraleja: Siempre reserven antes de ir al Barandiaran un viernes en la noche.

Nota del Autor: A las 4 de la mañana me desperté con unos retorcijones espantosos... no voy a entrar en detalles, pero definitivamente no vuelvo a Los Cuates.

16/6/08

Restaurant Peyo



Este dato si que es bueno.
El otro día mi papá vino a Santiago porque tenía que comprar repuestos para su moto por allá por 10 de Julio, entonces se juntó con mi tío Pato. El tío Pato es un gallo que se sabe todas las picás de Santiago, en todas las comunas, a todos los precios... y eso que no es taxista. Raya la papa con el Guatón de Bustamante, los As de Grecia, las criadillas del Rhenania... en el fondo si quieres comer alguna hueá rara, le preguntas al tío Pato y te dice dónde comerla, a que precio y como llegar.
Bueno, la cosa es que el tío Pato llevó a almorzar a mi papá ese día al Restaurant de Peyo (Lo Encalada 465 Ñuñoa) y mi viejo quedó todo lo que es loco. Tanto hinchó con su famoso Peyo que al final fuimos un grupo grande a comer ahí a la semana siguiente.
Y tenía razón en quedar loco el viejo. Por fuera el lugar es bien penquita. La entrada está media tapada por unos cholguanes pintados blancos y no tiene muchos indicios de que vas llegando a un restaurant, pero una vez adentro la cosa va cambiando.
Una decoración sencilla, como de cocina de campo, manteles de tela, limpios (La Quelita hasta ahora está feliz en su tumba), baños IM-PE-CABLES, calefacción rica.
Ahora, al grano: ¿qué comimos? Partiendo por el aperitivo, gentileza de la casa las sopaipillas con pebre (yeyyyy!!!!!! Hace tiempo que no me daban eso en un restaurant), pedimos además una especie de tabla con longaniza y arrollado huaso. Ahí no mas, pero en ningun caso mala. Las sopaipillas estaban frías, pero cuando se acabó el primer canasto trajeron altiro uno con sopaipillas recien saliditas de la freidora... RICO. Obvio que todos tomamos pisco sour.
Platos de fondo:
  • Endora: Chupe de Mariscos, un poco demasiado caliente, pero sabroso. Bien variado, con ostiones, calamares, y otros frutos marinos. Todo acompañado de una cerveza Kunstmann Torobayo (punto extra por la variedad de cerveza)
  • Hermano de Endora: Plateada a lo Pobre. Es medio cerdo mi hermanito. La plateada se cortaba con tenedor, las papas fritas eran de verdad. El huevo estaba medio crudo, pero rico igual para remojar las papas.
  • Tío Pato: Asado de Tira con Papas cocidas. Bien cocido, respetando el punto pedido.
  • Papá de Endora: Tan discreto el como siempre, se comió un lomo vetado a lo pobre. Quedó feliz el viejo.
  • Meme, ahijado del papá de Endora: Plateada a la pimienta con puré picante. Igual que la plateada de mi hermano, exquisita. Y el puré picante, picante, como corresponde.
  • Nina, compañera de departamento de Endora y su hermano, además de hermana putativa: Filete a lo Pobre. También respetando el punto pedido, con la misma calidad de la plateada a lo pobre.
Después el cerdo de mi hermano se pidió unos panqueques celestinos, que estaban harto buenos. Tomamos bajativo y café.

En cuanto a precios, barata la cosa. Los platos cuestan entre 2.500 y 4.000 pesos, sin incluir agregado, pero hay que destacar que hay muy pocos platos que valgan más de 3.500 pesos.

Conclusión, buen dato, barato, simpático y agradable. Quiero puro volver, falta que alguien me apañe no más.
Pros: Comida buena, bonita y barata, ambiente agradable, pisco sour bien hechito. La presentación de los platos y el restaurant en general es como bien casera, onda plato de greda. Los osorninos me entenderán si digo que es onda el Ocarlis
Contras: Fachada. Además la atención, si bien fue rápida y eficiente, a veces guateaba un poco. Aunque puede ser que nos haya tocado un mesero que andaba atravezado ese día, y todos tenemos derecho a andar atravezados de vez en cuando.

OJO: La foto no corresponde al plato real del restaurant.

20/5/08

Me declaro adicta al sour peruano... Y QUÉ?!?!?!


Después de varios meses pituteando y buscando pega como loca, al fin pillé un trabajo que me permite compatibilizar con mis pitutos, y para celebrar llevé a mi hermano, compañera de departamento y la tarjeta de crédito de mi papá a mi restaurant favorito, el Barandiaran de Manuel Montt.

Desde hace varios años que voy para allá cuando tengo ganas de comer comida rica y tomarme un rico sour. Y aunque me pelen y me comparen con la vieja de la Bolocco, tengo que decir que para mi, el pisco sour es peruano. Al menos el sour rico. Y tengo conocimiento de causa porque tomo HARTO pisco sour. Tomando ésto en cuenta puedo decir con "holgura" que el mejor pisco sour de Santiago, aparte del que hago en mi casa es el del Barandiaran.

¿Cuál es la gracia?... Uff, eso da para largo. El sour peruano (hay sour "normal") del Barandiaran es de esos sour conchesumadre (asi de pituca). El desgraciado es engañador: con una acidez en su punto y lo suficientemente dulce para que no se sienta tan fuerte, hecho con pisco bueno (sorry, peruano). Aparte de la preparación, también está la forma: para los principiantes hay sour peruano de tamaño normal, y para los pro tenemos el "Catedral Peruano", que vale como por dos. ¿Por qué "catedral"? Ni idea, quizas porque después terminas escuchando campanitas en la cabeza.

Bueno, después de la reseña del pisco sour, voy al grano: ¿Qué comimos?
De picoteo, Catedral Peruano con chicharrones mixtos, que son distintos productos del mar (camarones, trozos de pescado, calamares, ostiones, etc) apanados estilo tempura, son una salsa americana para acompañar, además del pancito calentito con una mezcla de ají, cortesía de la casa(ojo, no es para mamones del ají)
Platos de fondo: Yo siempre pido pescado cuando voy al Barandiaran, y ese día no fue la excepción. Corvina a lo Macho, exquisita. "A lo Macho" significa que viene con una salsa de mariscos, bien contundente. Nada que decir, Güeno con "G".
Mi compañera de departamento se pidió un Filete Mar y Tierra, que también es una salsa de mariscos y además tiene champiñones. La carne en el punto pedido, cosa bien rara en los restaurants. Típico que uno pide la carne a "punto" y te la traen cruda, y cuando la mandan de vuelta, viene seca. Y probablemente con mala cara y escupito incluido.
Mi hermano por otro lado, pidió una corvina al cilantro. Una cosa que decir sobre los platos "al cilantro"... vienen con MUCHO cilantro, pero no dejan de ser ricos por eso.
Todos los platos exquisitos y con arroz incluído. Lo acompañamos todo, para variar, con cerveza y había harta cerveza para elegir.

Lo mejor de todo, el postre... suspiro limeño con un merengue un poco pasado, pero exquisito.
Como comentario aparte queda decir que la carta del Barandiaran es super amplia, hay distintos tipos de cebiche, tiraditos, chicharrones, carnes, pescados, mariscos, sopas etc. y, además de eso, tienen una carta de Cocina Chifa, que es la fusión de comida china con peruana.

Lo güeno: carta amplia, sector para fumadores amplio y calentito, buena carta de cervezas, el pisco sour mas grande y rico del mundo.
Lo malo: que el pisco sour peruano es mas rico que el chileno, y que cuando uno va al Barandiaran no le queda otra que aceptarlo.

4/5/08

Patos y Gansos en Curacaví


Estábamos con mi hermano tratando de ponernos de acuerdo sobre qué hacer el sábado y decidimos salir "de paseo" a almorzar. Después de varios minutos mirándonos las caras y sin poder decidir para dónde partir, decidimos ir a Curacaví y alrededores... ¡tanto que hablan de la chicha de Curacaví y de la onda "costumbrista"!
Curacaví es un pueblo de mierda. Eso es lo primero que nos quedó claro. Lleno de shoperías y funerarias... ni huasos habían. Hasta ahí no más nos llegó la onda costumbrista y, luego de media hora recorriendo el pueblo buscando algun lugar que no sirva completos le preguntamos a un "lugareño" si sabía de algún lugar que nos pudiera recomendar para almorzar. Su primera opción fue apuntar a la casa de al frente y decir: "No sita, si ahí al frente le sirven almuerzo".... ya.... Igual me anduve curando un poco con el tufo a chicha, pero una vez recuperada logré sacarle el dato: que siguiéramos por el camino lateral a la carretera y que ahí nos íbamos a encontrar con lugares para comer.
Después de manejar un rato llegamos a la "Hostería Antumapu". La primera sorpresa fue que al bajarnos del auto nos encontramos con alrededor de 20 gansos y un par de patos recibiéndonos (para el que no sabe o nunca ha estado en el campo: los gansos muerden... FUERTE). En todo caso éstos gansos estaban medio domesticados, porque aparte de seguirte no hacían nada más... aunque igual se le vienen a uno a la mente ciertas imágenes hitchcockianas cuando tienes una treintena de pajarracos siguiéndote.
Bueno... entramos a la hostería y lo primero que vimos fue el letrero de "no fumar"... maldición. Ya quedó descartado el cafecito después de almuerzo, pero en realidad después de tanto rato hueviando buscando un lugar donde comer, daba lo mismo.
El lugar... bonito. Con una atmósfera media sesentera que si hubiera sido hecha a propósito sería cool (si, es una línea de "El Día Después de Mañana). Bien iluminado, amplio. La presentación de las mesas eso si, era media rasca: mantel (menos mal) con individuales de plástico (La Quelita se vuelve a morir ahí mismo si la hacen sentarse en una mesa así)... pero se le perdona porque al fin y al cabo es una hostería en la mitad de la nada, con una clientela que no me cabe la menor duda ha ido a ese lugar hace siglos (eso lo deduzco por la edad promedio de los "comensales).
De aperitivo, pisco sour, obvio. Un poco cargado al limón y medio cabezón, pero con un buen nivel de azúcar... pasó como agua. Para acompañar, en vez del típico pancito o la sopaipilla, una tortilla recién hecha, calentita. Simplemente exquisita, con mantequilla y un pebre bien picantito.
De plato de fondo, escalopa suiza con puré. El puré, exquisito, con papas de verdad, firme, perfecto, aunque la porción era bien poco "elegante".
La escalopa... LA CAGÓ. Lejos la escalopa más rica que he comido en mi vida, bien cocida por fuera, pero jugosa por dentro. El queso de excelente calidad (se nota en como se derritió) igual que el jamón.
Mi hermano también comió escalopa, pero a lo pobre. Misma calidad, pero demasiadas papas fritas.
Excelente atención, precios pagables. Pisco sour, plato de fondo y cervezas para dos personas por menos de 17 lucas.
Lo bueno: la comida, que finalmente es lo principal, rica y contundente. La tortilla en el aperitivo definitivamente un acierto. El menú si bien no muy variado tiene cosas interesantes como el plato de lengua y pollo arvejado.
Lo malo: sin sector para fumadores, presentación de las mesas.
Definitivamente vale la pena darse una vuelta, como humorada.

P%t@ que es rico comer


Una de las cosas que más me gusta en la vida es comer. Vengo de una familia de sibaritas, en la que dejar un pedazo de costilla de cordero guacha en el plato es mal visto y no aceptar el vino que se ofrece... uff... Peor todavía... Desde que era una bruja chica que se me enseñó que las cosas hay que probarlas para poder decir que no nos gustan, por lo que mi paladar es bastante experimentado (Por favor, mentes de alcantarilla, estoy hablando de comida). Tal era el fanatismo de mis papás para volverme una experta degustadora, más allá de una (horror de horrores) procesadora de alimentos, que una vez me sobornaron con una Barbie a cambio de un plato de piures... de más está decir que conseguí mi Barbie y además de eso desarrollé un gusto casi enfermizo por los mariscos.

Desde la preparación de la comida, hasta la sobremesa eterna como "previa" para el asado de la noche, junto con la abuela curaguilla que insulta a medio mundo sin por eso dejar de parecer una dama, en mi casa la comida, más que una necesidad, es un ritual que bordea lo sectario y, por lo mismo, aquellos que no cumplen con los cánones establecidos, pasan a ser despreciados pecadores. Mi bisabuela Quelita era famosa por sus comidas que se demoraban horas en preparar y por lo estricta (rayando en la obsesión) que era en términos de modales y etiqueta en la mesa... además de su eterno olor a salame con Chanel Nº 5. La comida va más allá que el plato servido, sino que implica también el cómo se sirve y cómo se come.

Es por eso que luego de 26 años, bueno, comiendo, he decidido poner esa experiencia en líneas. Llamo a ésto la "Inquisición Culinaria", donde los pecadores serán condenados a la pena máxima y los devotos elevados a categoría de santos.