20/5/08

Me declaro adicta al sour peruano... Y QUÉ?!?!?!


Después de varios meses pituteando y buscando pega como loca, al fin pillé un trabajo que me permite compatibilizar con mis pitutos, y para celebrar llevé a mi hermano, compañera de departamento y la tarjeta de crédito de mi papá a mi restaurant favorito, el Barandiaran de Manuel Montt.

Desde hace varios años que voy para allá cuando tengo ganas de comer comida rica y tomarme un rico sour. Y aunque me pelen y me comparen con la vieja de la Bolocco, tengo que decir que para mi, el pisco sour es peruano. Al menos el sour rico. Y tengo conocimiento de causa porque tomo HARTO pisco sour. Tomando ésto en cuenta puedo decir con "holgura" que el mejor pisco sour de Santiago, aparte del que hago en mi casa es el del Barandiaran.

¿Cuál es la gracia?... Uff, eso da para largo. El sour peruano (hay sour "normal") del Barandiaran es de esos sour conchesumadre (asi de pituca). El desgraciado es engañador: con una acidez en su punto y lo suficientemente dulce para que no se sienta tan fuerte, hecho con pisco bueno (sorry, peruano). Aparte de la preparación, también está la forma: para los principiantes hay sour peruano de tamaño normal, y para los pro tenemos el "Catedral Peruano", que vale como por dos. ¿Por qué "catedral"? Ni idea, quizas porque después terminas escuchando campanitas en la cabeza.

Bueno, después de la reseña del pisco sour, voy al grano: ¿Qué comimos?
De picoteo, Catedral Peruano con chicharrones mixtos, que son distintos productos del mar (camarones, trozos de pescado, calamares, ostiones, etc) apanados estilo tempura, son una salsa americana para acompañar, además del pancito calentito con una mezcla de ají, cortesía de la casa(ojo, no es para mamones del ají)
Platos de fondo: Yo siempre pido pescado cuando voy al Barandiaran, y ese día no fue la excepción. Corvina a lo Macho, exquisita. "A lo Macho" significa que viene con una salsa de mariscos, bien contundente. Nada que decir, Güeno con "G".
Mi compañera de departamento se pidió un Filete Mar y Tierra, que también es una salsa de mariscos y además tiene champiñones. La carne en el punto pedido, cosa bien rara en los restaurants. Típico que uno pide la carne a "punto" y te la traen cruda, y cuando la mandan de vuelta, viene seca. Y probablemente con mala cara y escupito incluido.
Mi hermano por otro lado, pidió una corvina al cilantro. Una cosa que decir sobre los platos "al cilantro"... vienen con MUCHO cilantro, pero no dejan de ser ricos por eso.
Todos los platos exquisitos y con arroz incluído. Lo acompañamos todo, para variar, con cerveza y había harta cerveza para elegir.

Lo mejor de todo, el postre... suspiro limeño con un merengue un poco pasado, pero exquisito.
Como comentario aparte queda decir que la carta del Barandiaran es super amplia, hay distintos tipos de cebiche, tiraditos, chicharrones, carnes, pescados, mariscos, sopas etc. y, además de eso, tienen una carta de Cocina Chifa, que es la fusión de comida china con peruana.

Lo güeno: carta amplia, sector para fumadores amplio y calentito, buena carta de cervezas, el pisco sour mas grande y rico del mundo.
Lo malo: que el pisco sour peruano es mas rico que el chileno, y que cuando uno va al Barandiaran no le queda otra que aceptarlo.

4/5/08

Patos y Gansos en Curacaví


Estábamos con mi hermano tratando de ponernos de acuerdo sobre qué hacer el sábado y decidimos salir "de paseo" a almorzar. Después de varios minutos mirándonos las caras y sin poder decidir para dónde partir, decidimos ir a Curacaví y alrededores... ¡tanto que hablan de la chicha de Curacaví y de la onda "costumbrista"!
Curacaví es un pueblo de mierda. Eso es lo primero que nos quedó claro. Lleno de shoperías y funerarias... ni huasos habían. Hasta ahí no más nos llegó la onda costumbrista y, luego de media hora recorriendo el pueblo buscando algun lugar que no sirva completos le preguntamos a un "lugareño" si sabía de algún lugar que nos pudiera recomendar para almorzar. Su primera opción fue apuntar a la casa de al frente y decir: "No sita, si ahí al frente le sirven almuerzo".... ya.... Igual me anduve curando un poco con el tufo a chicha, pero una vez recuperada logré sacarle el dato: que siguiéramos por el camino lateral a la carretera y que ahí nos íbamos a encontrar con lugares para comer.
Después de manejar un rato llegamos a la "Hostería Antumapu". La primera sorpresa fue que al bajarnos del auto nos encontramos con alrededor de 20 gansos y un par de patos recibiéndonos (para el que no sabe o nunca ha estado en el campo: los gansos muerden... FUERTE). En todo caso éstos gansos estaban medio domesticados, porque aparte de seguirte no hacían nada más... aunque igual se le vienen a uno a la mente ciertas imágenes hitchcockianas cuando tienes una treintena de pajarracos siguiéndote.
Bueno... entramos a la hostería y lo primero que vimos fue el letrero de "no fumar"... maldición. Ya quedó descartado el cafecito después de almuerzo, pero en realidad después de tanto rato hueviando buscando un lugar donde comer, daba lo mismo.
El lugar... bonito. Con una atmósfera media sesentera que si hubiera sido hecha a propósito sería cool (si, es una línea de "El Día Después de Mañana). Bien iluminado, amplio. La presentación de las mesas eso si, era media rasca: mantel (menos mal) con individuales de plástico (La Quelita se vuelve a morir ahí mismo si la hacen sentarse en una mesa así)... pero se le perdona porque al fin y al cabo es una hostería en la mitad de la nada, con una clientela que no me cabe la menor duda ha ido a ese lugar hace siglos (eso lo deduzco por la edad promedio de los "comensales).
De aperitivo, pisco sour, obvio. Un poco cargado al limón y medio cabezón, pero con un buen nivel de azúcar... pasó como agua. Para acompañar, en vez del típico pancito o la sopaipilla, una tortilla recién hecha, calentita. Simplemente exquisita, con mantequilla y un pebre bien picantito.
De plato de fondo, escalopa suiza con puré. El puré, exquisito, con papas de verdad, firme, perfecto, aunque la porción era bien poco "elegante".
La escalopa... LA CAGÓ. Lejos la escalopa más rica que he comido en mi vida, bien cocida por fuera, pero jugosa por dentro. El queso de excelente calidad (se nota en como se derritió) igual que el jamón.
Mi hermano también comió escalopa, pero a lo pobre. Misma calidad, pero demasiadas papas fritas.
Excelente atención, precios pagables. Pisco sour, plato de fondo y cervezas para dos personas por menos de 17 lucas.
Lo bueno: la comida, que finalmente es lo principal, rica y contundente. La tortilla en el aperitivo definitivamente un acierto. El menú si bien no muy variado tiene cosas interesantes como el plato de lengua y pollo arvejado.
Lo malo: sin sector para fumadores, presentación de las mesas.
Definitivamente vale la pena darse una vuelta, como humorada.

P%t@ que es rico comer


Una de las cosas que más me gusta en la vida es comer. Vengo de una familia de sibaritas, en la que dejar un pedazo de costilla de cordero guacha en el plato es mal visto y no aceptar el vino que se ofrece... uff... Peor todavía... Desde que era una bruja chica que se me enseñó que las cosas hay que probarlas para poder decir que no nos gustan, por lo que mi paladar es bastante experimentado (Por favor, mentes de alcantarilla, estoy hablando de comida). Tal era el fanatismo de mis papás para volverme una experta degustadora, más allá de una (horror de horrores) procesadora de alimentos, que una vez me sobornaron con una Barbie a cambio de un plato de piures... de más está decir que conseguí mi Barbie y además de eso desarrollé un gusto casi enfermizo por los mariscos.

Desde la preparación de la comida, hasta la sobremesa eterna como "previa" para el asado de la noche, junto con la abuela curaguilla que insulta a medio mundo sin por eso dejar de parecer una dama, en mi casa la comida, más que una necesidad, es un ritual que bordea lo sectario y, por lo mismo, aquellos que no cumplen con los cánones establecidos, pasan a ser despreciados pecadores. Mi bisabuela Quelita era famosa por sus comidas que se demoraban horas en preparar y por lo estricta (rayando en la obsesión) que era en términos de modales y etiqueta en la mesa... además de su eterno olor a salame con Chanel Nº 5. La comida va más allá que el plato servido, sino que implica también el cómo se sirve y cómo se come.

Es por eso que luego de 26 años, bueno, comiendo, he decidido poner esa experiencia en líneas. Llamo a ésto la "Inquisición Culinaria", donde los pecadores serán condenados a la pena máxima y los devotos elevados a categoría de santos.